LILITH Y MALKUT
Naamah, la Puerta a LILITH
Shejiná, la puerta del MALKUT
Viaje al Reino Oscuro desde el Árbol Nocturno...viaje a la iluminación desde la unidad.
Por Lucy Persefone
“Para crear la luz verdadera, primero hay que besar la oscuridad con los ojos abiertos.”
En la senda iniciática draconiana, todo comienza y termina en la sombra. El Árbol Qlifótico —el reverso del Árbol de la Vida— no es simplemente una colección de demonios o anti-sefirot, sino un mapa del alma que elige despertar a través de la oscuridad. Cada Qlipha es una llave, una herida, un portal.
Hoy quiero hablarte de la Qlipha Lilith, el Reino Nocturno, y de su regente oculta: Naamah, la iniciadora sensual que abre la primera puerta. Exploraremos también su contraparte luminosa: Malkuth, el Reino sagrado. Dos caras de una misma diosa.
Qlipha Lilith: El Reino Corrupto, el Deseo Encarnado
En la estructura del Árbol Qlifótico, la Qlipha Lilith se encuentra en la base, como reflejo oscuro de Malkuth. Aquí es donde el alma entra al Qlifoth, donde el cuerpo, la carne, el deseo y la ilusión se enfrentan cara a cara con su significado profundo.
No confundamos términos: la entidad Lilith habita esta esfera, sí, pero no es su regente principal. Desde la perspectiva draconiana, Naamah —la hermana menor de Lilith, la seductora, la corruptora iniciadora— es quien guarda esta Qlipha. Ella es la que nos tienta no para perdernos, sino para obligarnos a elegir el despertar.
Naamah: La Iniciadora Erótica, la Guardiana del Umbral
Naamah es la regente de esta Qlipha. Se presenta como una mujer de inmensa belleza, portadora del deseo más refinado y más venenoso. Es la prostituta sagrada, la iniciadora de los misterios sexuales, y también la portadora de la ilusión que puede extraviar al alma débil. Su misión no es destruir, sino probar.
En el Sendero Draconiano, ella es el primer umbral: nos ofrece los placeres del mundo, las distracciones del ego, las tentaciones del cuerpo. Pero quien sabe mirar más allá del placer, descubrirá el símbolo: todo lo que se desea puede ser trascendido para despertar lo que verdaderamente se es.
Colores: Rojo carmesí, negro obsidiana, rosa magenta
Esta Qlipha vibra en la gama del deseo: el rojo del fuego sexual, el negro del inconsciente, el rosa de la belleza que hipnotiza. Son colores que excitan los sentidos, porque aquí la prueba es sensual: ¿podrás ver el alma detrás del cuerpo?
Número: 10 invertido
Lilith, como Qlipha, representa la inversión de Malkuth, el número 10. Aquí, la totalidad material se corrompe, se vuelve cárcel. Pero también se vuelve puerta: en su inversión, contiene el secreto de la ascensión si se mira desde la consciencia y no desde la adicción.
Arquetipos: La Prostituta Sagrada, la Musa Oscura, la Sirena
En su forma más elevada, Naamah es la sacerdotisa de los Misterios Sexuales. En su forma caída, es la adicción, la distracción, la banalidad. Trabajar con ella es aprender a ver la verdad detrás del velo.
Manifestación en la Tierra: Lujuria, placer, confusión, magnetismo
Esta Qlipha se manifiesta como atracción, como glamour, como todo lo que nos hace desear más: dinero, belleza, sexo, poder. Es el plano más físico del alma: donde nos perdemos... o donde empezamos a recordar.
Nivel psíquico: El deseo inconsciente y la trampa del ego
A nivel psicológico, la Qlipha Lilith representa los patrones inconscientes ligados al deseo, el ego, la necesidad de validación externa. Aquí enfrentamos nuestra adicción a la imagen, al placer, al “yo quiero”.
En la evolución del alma: El primer descenso iniciático
Desde la visión draconiana, la entrada al Árbol Qlifótico se hace a través de esta Qlipha. Es el descenso al Reino Oscuro. Quien logra atravesar esta esfera sin quedar atrapado, da su primer paso hacia la soberanía interior.
No es una Qlipha que se “derrota”, sino que se integra. Se aprende a usar el deseo como combustible, no como cárcel.
Malkuth: El Reino Luminoso, la Materia Divinizada
Frente al Reino Oscuro se alza su reflejo luminoso: Malkuth, la Sefirá de la Tierra. Aquí, la Shejiná, la Presencia Divina Femenina, mora en cada hoja, en cada cuerpo, en cada piedra. Es la materia cuando está llena de espíritu.
Colores: Oro, verde esmeralda, marrón tierra
Malkuth brilla con los colores de la creación. Oro para la chispa divina, verde para la vida que brota, marrón para la estabilidad. En su armonía, la Tierra no es prisión, sino templo.
Número: 10
Malkuth es la culminación de las Sefirot: todo lo invisible hecho forma. Es la manifestación del Uno en lo múltiple.
Arquetipos: La Reina de la Tierra, la Guardiana del Portal, la Madre Nutricia
Malkuth es la tierra fértil, la madre sabia. Nos enseña a habitar el cuerpo con presencia, a encontrar lo divino en lo cotidiano.
En la evolución del alma: El comienzo y el regreso
El sendero inicia en Malkuth, desciende por el Árbol Qlifótico, y eventualmente vuelve a Malkuth, pero transfigurada: cuando el cuerpo y la sombra han sido integrados, el alma puede ascender al Kether interior.
Naamah y la Llave del Umbral
Desde la visión draconiana, Naamah no es enemiga del alma, sino su primera maestra. Es la prueba que separa al curioso del iniciado. Si caes, te pierdes en el placer. Si despiertas, cruzas el velo y entras al camino del Dragón.
Lilith, como Qlipha, no es un infierno. Es una prueba. Un espejo.
Y tú, ¿te atreves a mirarte en él?
Gracias por leer.
Soy Lucy Persefone, y desde el umbral entre mundos, te invito a cruzar el velo.
Nos vemos en el próximo descenso.
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